Comunidades deciden presión contra El Bala


Las comunidades que rechazan la construcción del proyecto hidroeléctrico El Bala, reunidas ayer en Rurrenabaque, determinaron iniciar una vigilia permanente en el estrecho de El Bala a partir de las cero horas de este miércoles y coordinar con su organización mayor, la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cepilap), para llevar a cabo medidas más contundentes, incluyendo acciones legales, informaron los dirigentes Domingo Ocampo y Alex Villca.

Ocampo, representante de la comunidad Torewa, contó que varios representantes coincidieron en que las acciones de rechazo al proyecto deben tener mayor fuerza y por eso incluir no sólo a la Mancomunidad de Comunidades Río Beni y Quiquibey, que inició la protesta, sino a comunidades que apoyan la postura y a la Cepilap.

Con el fin de coordinar las medidas, se prevé una nueva reunión para este próximo 14 de noviembre, en la que se planteará una acción popular, acotó Villca, dirigente de la comunidad de San José de Uchupiamonas y vocero de la Coordinadora de Defensa de la Amazonia.

El Artículo 135 de la Constitución Política del Estado (CPE) señala que: “La acción popular procederá contra todo acto u omisión de las autoridades o de personas individuales o colectivas que violen o amenacen con violar derechos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros de similar naturaleza reconocidos por esta Constitución”.

Hace unos días, los 18 pueblos de la Mancomunidad acordaron el rechazo al proyecto y dar plazo de 72 horas para que los técnicos de la empresa italiana Geodata, que realizan estudios para el Gobierno en la zona de Chepete, abandonen el lugar.

Ese plazo ya se cumplió sin que los técnicos hubieran abandonado la zona, ésa es la razón por la que se determinó instalar la vigilia, para no dejar pasar los equipos de Geodata destinados a apoyar las tareas de perforación para el estudio del tipo de suelo en Chepete, lugar donde según el proyecto se construiría la primera represa.

Villca dijo que las comunidades se organizarán por turnos para cumplir con la vigilia y explicó que la medida se asumirá en el estrecho de El Bala porque queda más cerca de Rurrenabaque, a una hora, y es zona de paso hacia Chepete.  Añadió que se enteraron de la presencia de los técnicos de Geodata sólo después de que se instalaron en Chepete, porque esa zona queda a cinco horas en bote desde Rurrenabaque.

“La vigilia es para que ninguna maquinaria de Geodata se instale en el lugar, como hicieron en el Chepete. No vamos a permitir”, dijo enfático.

“Queremos que todo sea de consenso, ha sido una reunión sana”, comentó Ocampo, quien detalló que además de los representantes de las 18 comunidades de la Mancomunidad, participaron ayer representantes de la Organización del Pueblo Indígena y Mosetén (OPIM), de la Central Indígena de Pueblos Tacana (Cipta), de la Central de Mujeres Indígenas de La Paz (Cmilap), de San José de Uchupiamonas y del Consejo Regional Tchimán Mosetén (CRTM), informó Ocampo.

Impacto

Especialistas y activistas consideran que las inundaciones que las dos represas producirán un serio impacto ambiental y acabarán con actividades productivas como el turismo, la pesca y otras, además incidirán fuertemente en los parques Madidi y Pilón Lajas, reservas de alta biodiversidad.

El Gobierno prevé generar 3.676 megavatios (MW) de electricidad con el proyecto, que tiene dos componentes: El Bala y Chepete. El objetivo es generar excedentes para la exportación.



APORTES VOLUNTARIOS

El dirigente de la comunidad Torewa, Domingo Ocampo, explicó que las reuniones se realizan con aportes propios de las comunidades para gastos como comida, combustible y otros. Comentó que para la reunión de ayer, en Rurrenabaque, hubo una fiesta para recaudar fondos y que los comunarios venden sus productos para costear sus viajes.

En cuanto a los costos, puso como ejemplo que si la gente de la comunidad de San Luis desea participar debe gastar unos 432 bolivianos sólo en transporte, ya que el viaje se hace en unos botes pequeños llamados “peque peque”, en los que caben máximo seis personas. Un solo viaje requiere de 30 litros de gasolina y se requiere hacer al menos cuatro viajes, lo que supone consumir 120 litros de gasolina. El litro está a 3,60 bolivianos.



MOLESTIA

Sobre el estado de ánimo en las comunidades aledañas al proyecto hidroeléctrico El Bala, los dirigentes Domingo Ocampo y Alex Villca señalaron, por separado, que prima la molestia y susceptibilidad ante las acciones del Gobierno.

Ocampo, de la comunidad Torewa, dijo que el rechazo surgió porque “comprenden que (el proyecto) va a afectar irreversiblemente su forma de vida y de trabajo”. “Las comunidades de la orilla del río no aceptan, ni indígenas ni colonizadores. Rurrenabaque y San Buenaventura también están empezando a moverse. En Rurrenabaque están enojados con su Alcalde porque en declaración pública dijo que Rurrenabaque está de acuerdo, entonces le están pidiendo que les muestre una declaración firmada, que haga saber quiénes han apoyado, con quiénes se ha consensuado porque no puede decir eso sin tener documentos. La gente está entendiendo el problema”, señaló.

Por otra parte, hizo notar que sobre el río Kaka están asentadas las cooperativas auríferas, quienes hasta ahora no se pronunciaron; pero dijo que van a hacerlo, pues ésa será la zona de inundación de la presa Chepete.

Por su parte, Villca, de San José de Uchupiamonas, contó que hay molestia porque “los pueblos se enteraron de que el Gobierno ha vulnerado nuestros derechos, la Constitución y convenios internacionales” y que ahora quiere subsanar su error anunciando una consulta cuando esté listo el estudio a diseño final; pero sus asesores legales les explicaron que debió ser antes.

Además, dijo, las reuniones informativas que realizan funcionarios de ENDE se intenta hacer figurar como parte del proceso de validación y puso como ejemplo la resolución de rechazo de la Cepilap, que tras una reunión informativa, el Gobierno afirmara que esa organización indígena avalaba el proyecto.

Fuente: Los Tiempos

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