Proyectan nueva terminal con características de aeropuerto en COCHABAMBA
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| UNA VISTA GENERADA EN COMPUTADORA DE LA NUEVA TERMINAL QUE SE PROYECTA EN LA ZONA DE LA TAMBORADA. |
Con la funcionalidad de un aeropuerto, así fue concebida la nueva terminal de buses de Cochabamba que el empresario Jaime Veizaga proyecta construir en la zona de La Tamborada.
"Es la lógica que se maneja a nivel internacional en cualquier terminal, ya sea terrestre, aérea o de cualquier tipo", afirmó.
Es decir, el pasajero compra su boleto, entrega sus maletas y pasa a otra planta donde tiene áreas de descanso y para hacer compras. Al abordar, en lugar de hacerlo por mangas bajará por gradas, ascensores o escaleras mecánicas directamente al bus, ya no tendrá contacto con el exterior, lo que, entre otras cosas, ofrece mayor seguridad.
Un atractivo video promocional explica que la nueva terminal será una estructura de dos plantas: abajo, boleterías, informaciones y servicios en la planta baja y arriba, salida de pasajeros, tiendas, restaurantes, áreas de descanso y recreación. Ambas plantas estarán conectadas a través de 12 accesos, aptos para personas con discapacidad.
A ambos extremos tiene previstas dos torres de cinco pisos destinadas a oficinas administrativas, de la Policía, áreas de descanso para los conductores y un auditorio.
La infraestructura tendrá capacidad para 145 buses, estacionamiento para 660 vehículos, una parada de transporte adicional para taxis, espacio para 288 boleterías y 96 andenes, todo construido sobre 4.1 hectáreas emplazadas en una superficie total de más de 8.6 hectáreas.
El diseño es obra del arquitecto cruceño Hans Kennig.
La inversión será de 170 millones de bolivianos y, según Veizaga, el proyecto se encuentra en búsqueda de financiamiento a través del mercado de valores. Si la sociedad anónima que proyecta esta obra logra apoyo financiero, la construcción podría iniciar en septiembre y estaría concluida en 2021.
Veizaga contó que la actual terminal no fue diseñada con ese fin, ya que inicialmente fue un mercado de papa en los años 80, es por eso que no cuenta con áreas diferenciadas para llegada y salida de pasajeros, algo con lo que sí contará el nuevo edificio, cuya vida útil se proyecta para más de 50 años.
La actual terminal es administrada por una sociedad anónima, de la que forma parte el Sindicato de Omnibuses (conformado por todas las flotas que brindan servicio) y tiene la vicepresidencia. Algo en lo que Veizaga hizo mucho énfasis es en la disponibilidad de esa sociedad de apoyar la construcción de una nueva terminal, sea en el terreno que fuera, con inversión privada o pública, ya que el colapso de la actual es inminente y en poco tiempo dejará de ser operable por el hacinamiento. Incluso, dijo, podrían donar el terreno en La Tamborada con la opción de desarrollar negocios en el área de servicios como hotelería, restaurantes y otros.
"Es la lógica que se maneja a nivel internacional en cualquier terminal, ya sea terrestre, aérea o de cualquier tipo", afirmó.
Es decir, el pasajero compra su boleto, entrega sus maletas y pasa a otra planta donde tiene áreas de descanso y para hacer compras. Al abordar, en lugar de hacerlo por mangas bajará por gradas, ascensores o escaleras mecánicas directamente al bus, ya no tendrá contacto con el exterior, lo que, entre otras cosas, ofrece mayor seguridad.
Un atractivo video promocional explica que la nueva terminal será una estructura de dos plantas: abajo, boleterías, informaciones y servicios en la planta baja y arriba, salida de pasajeros, tiendas, restaurantes, áreas de descanso y recreación. Ambas plantas estarán conectadas a través de 12 accesos, aptos para personas con discapacidad.
A ambos extremos tiene previstas dos torres de cinco pisos destinadas a oficinas administrativas, de la Policía, áreas de descanso para los conductores y un auditorio.
La infraestructura tendrá capacidad para 145 buses, estacionamiento para 660 vehículos, una parada de transporte adicional para taxis, espacio para 288 boleterías y 96 andenes, todo construido sobre 4.1 hectáreas emplazadas en una superficie total de más de 8.6 hectáreas.
El diseño es obra del arquitecto cruceño Hans Kennig.
La inversión será de 170 millones de bolivianos y, según Veizaga, el proyecto se encuentra en búsqueda de financiamiento a través del mercado de valores. Si la sociedad anónima que proyecta esta obra logra apoyo financiero, la construcción podría iniciar en septiembre y estaría concluida en 2021.
Veizaga contó que la actual terminal no fue diseñada con ese fin, ya que inicialmente fue un mercado de papa en los años 80, es por eso que no cuenta con áreas diferenciadas para llegada y salida de pasajeros, algo con lo que sí contará el nuevo edificio, cuya vida útil se proyecta para más de 50 años.
La actual terminal es administrada por una sociedad anónima, de la que forma parte el Sindicato de Omnibuses (conformado por todas las flotas que brindan servicio) y tiene la vicepresidencia. Algo en lo que Veizaga hizo mucho énfasis es en la disponibilidad de esa sociedad de apoyar la construcción de una nueva terminal, sea en el terreno que fuera, con inversión privada o pública, ya que el colapso de la actual es inminente y en poco tiempo dejará de ser operable por el hacinamiento. Incluso, dijo, podrían donar el terreno en La Tamborada con la opción de desarrollar negocios en el área de servicios como hotelería, restaurantes y otros.
Acceso usaría nuevas rutas para el tráfico
pesado
Entre las observaciones a la nueva terminal de buses están la distancia y la accesibilidad.
El administrador de la actual terminal e impulsor de la nueva edificación, Jaime Veizaga, explicó que el acceso será por vías rápidas como la Costanera del sur, por donde el tráfico será más fluido, tanto para el transporte público como para el privado, lo que en su criterio reducirá las tarifas. “Hay trufis y micros a la zona (La Tamborada) que cobran 2 bolivianos y los taxis no van a poder pretextar embotellamiento para cobrar más”, dijo.
Destacó que las nuevas rutas a utilizarse liberarán las avenidas Villazón, Blanco Galindo y Víctor Ustáriz ya que, en el caso de la ruta al oriente, se utilizará la Costanera del sur para luego seguir por las avenidas Petrolera, Siglo XX, Los Ángeles y Guayacán para llegar al túnel de El Abra y salir por Sacaba.
En el caso de la ruta a occidente se usará la avenida que va a Cotapachi hasta la terminal de Quillacollo. Desde ahí, se tomará la avenida que queda detrás de Manaco y solo saldrá a la avenida Blanco Galindo a la altura del kilómetro 15 para seguir hacia Oruro.
Por otra parte, Veizaga dijo que la gerencia del Tren Metropolitano le hizo conocer su interés de conectarse con la proyectada terminal.
El administrador de la actual terminal e impulsor de la nueva edificación, Jaime Veizaga, explicó que el acceso será por vías rápidas como la Costanera del sur, por donde el tráfico será más fluido, tanto para el transporte público como para el privado, lo que en su criterio reducirá las tarifas. “Hay trufis y micros a la zona (La Tamborada) que cobran 2 bolivianos y los taxis no van a poder pretextar embotellamiento para cobrar más”, dijo.
Destacó que las nuevas rutas a utilizarse liberarán las avenidas Villazón, Blanco Galindo y Víctor Ustáriz ya que, en el caso de la ruta al oriente, se utilizará la Costanera del sur para luego seguir por las avenidas Petrolera, Siglo XX, Los Ángeles y Guayacán para llegar al túnel de El Abra y salir por Sacaba.
En el caso de la ruta a occidente se usará la avenida que va a Cotapachi hasta la terminal de Quillacollo. Desde ahí, se tomará la avenida que queda detrás de Manaco y solo saldrá a la avenida Blanco Galindo a la altura del kilómetro 15 para seguir hacia Oruro.
Por otra parte, Veizaga dijo que la gerencia del Tren Metropolitano le hizo conocer su interés de conectarse con la proyectada terminal.
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